martes, diciembre 16

levantarse en mitad de la noche

Sucede a veces. Dice la gente mayor que conozco, empezando por la abuelita, que se acrecenta con la edad. Pero yo creo que me ha sucedido siempre, desde niño. Uno tiene una pesadilla, o un mal sueño, y ya no puede volver a dormir. Las cosas por la cabeza suceden muy rápido, en la noche. Proyectos de trabajo aún por acabar, proyectos de vida aún por acabar. Imágenes del pasado. Imaginaciones sobre el futuro. Un poco de miedo, o vértigo, no sabría precisar qué. Una foto en la cabeza. La vi este fin de semana en El Semanal: unos niños de china, recorren cada día un desfiladero de seis kilómetros, de cuarenta centímetros de ancho, con un precipicio de más de trescientos metros bajo sus pies, cada día para ir a la escuela. Se juegan la vida, vamos. Rubén esta noche ha venido a nuestra cama. Supongo que se habrá despertado también por una pesadilla y ha aprovechado nuestro sueño para meterse en la cama de papás. Sé que pedagógicamente no está bien dejarle, pero a ver quién entorpece el ahora sí dulce sueño de un ángel. Le beso en la cabeza e intento dormir. Pero tras horas pasando y repasando por los recovecos de mi cabeza, decido bajar al ordenador a leer y a escribir en la noche. Lo grande de internet, es que sabes que siempre hay gente al otro lado. Quizás gente como tú, hablando entre países sin conocerse. Es curioso: acá uno se preocupa sobremanera cuando su hijo tiene unas décimas de fiebre y no va al colegio, aunque esté con todas las comodidades del mundo cuidado por su abuela. Allá los niños hacen todos los días una travesía inaudita y harto peligrosa para acudir a la escuela, sin móviles para localizarlos ni mayores que los acompañen, y supongo que sus padres no se estarán preocupando de eso, supongo que tendrán otras preocupaciones más importantes. ¿Es nuestra cultura capitalista una forma de entender el mundo en la que sólo nos preocupamos por las mayores vanalidades?. Puede que sí. Poseer en lugar de ser. Quejarse de lo mínimo. Esforzarse sólo por tener y tener más que el otro. Uno se despierta en la noche, y hace un repaso de sus proyectos de vida y sus proyectos de trabajo. Tiene ideas. A la mañana, cuando se vuelva a meter en la rueda, no las recordará. Es como cuando dicen que uno está a las puertas de la muerte y ve pasar las imágenes de su vida como en una película rebobinada hacia atrás. Si vuelve, si logra regresar, ya no le importará lo que pensó en esos momentos. Es otra de las características de nuestra cultura: "el muerto al hoyo, y el vivo al boyo", o "a rey muerto, rey puesto", que viene a ser lo mismo para la ocasión. Menos mal, que como decía Soledad Puértolas, siempre nos Queda la noche. Es el lugar donde seguramente seamos de verdad más humanos, cuando estamos solos, como dice mi amiga Gracia, y nos paramos, por fin, a pensar en lo que estamos haciendo.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio